miércoles, 15 de julio de 2015

dumplings con cervezas y ensaimada

Aquí la ensaimada, con choclate, claro.
¿Habéis llorado alguna vez comiendo algo que hacia tiempo que no comíais? Vale, estoy exagerando. Pero casi fue lo que nos pasó por partida doble hace unos días. Momento 1: Paula nos trajo ensaimada de Mallorca, de estrangis, arriesgando su vida (vale, estoy exagerando otra vez) , pasándola por la aduana y sorteando toda clase de preguntas de los 'aduaneros'. Y madre mía. Que rica estaba. Y eso que yo no soy mucho de ensaimada, pero casi lloré de la emoción. Momento 2: después de no se cuantos años volvimos a comer chausson aux pommes, que encontramos en una feria de productos franceses cerca de la Custom House. Y volvimos a, casi,  llorar de gusto. Que cosa la conexión de la comida y la memoria. Es sentir otra vez el olor, el azucar, el sabor de las manzanitas, el crujir del hojaldre  y, en microsegundos, explotan miles de recuerdos en la cabeza: Marta, Barcelona, París... los buenos y los malos tiempos. Y de repente tienes ganas de poder teletrasportarte para tomar unas cañas con los amigos de toda la vida;  y de ir a comer el domingo con la familia  Por suerte, nuevos sabores con nuevos amigos hacen que la morriña sea mas llevadera.